Los Reyes Magos probablemente provenían de Persia, sabios versados en astronomía y astrología, que eran capaces de calcular cuanto ocurría en una conjunción de planetas, siguieron a la estrella de Belén. Además, como en Persia predominaba la religión de Zoroastro, los Magos de oriente seguramente relacionaron la conjunción con una profecía sobre la venida del Mesías. Durante muchos años se considero a los sacerdotes o magos como depositarios de todo conocimiento importante. No solo las técnicas para propiciar a los dioses, sino el estudio de los cuerpos celestes y sus supuestas relaciones con los asuntos humanos, lo cual era muy tradicional en Babilonia.
En un principio el número de los Magos fue indeterminado entre dos, cuatro o doce. Poco a poco la tradición ha ido añadiendo otros detalles a modo de simbología: se les ha hecho representantes de las tres razas conocidas en la antigüedad, de las tres edades del hombre y representantes de los tres continentes (Asia, África y Europa). Los reyes magos tienen cada uno un reino, y esperan una estrella en el cielo cuyo significado conocen perfectamente, eran religiosos y justos con sus pueblos.
El primero de los Magos fue Melchor, un anciano de larga cabellera cana y luenga barba... fue él quien ofreció el oro, símbolo de la realeza divina. El segundo, llamado Gaspar, joven, imberbe de tez blanca y rosada, honró a Jesús ofreciéndole incienso, símbolo de la divinidad. El tercero, llamado Baltasar, de tez morena ("fuscus" en latín) testimonió ofreciéndole mirra, que significaba la reencarnación. Otras leyendas, indican que además de los tres Reyes Magos nombrados anteriormente, había un cuarto Rey Mago, el cual en algunas leyendas se le da el nombre Artabán.
Dejar los zapatos en algún lugar de la casa y desayunar el Roscón de Reyes...